miércoles, 30 de abril de 2014

Flan de mató

La próxima parada de nuestra Maleta repleta de mi pasión por Jardiel Poncela será en Rupit, en plena Cataluya profunda, donde quizás para muchos sería impensable acudir bajo la bandera de un amante del territorio patrio, del café con leche y las torrijas al más puro estilo madrileño, allí en Rupit, donde sus habitantes han hecho de aquel pequeño pueblo una suiza catalana, un belén viviente o una parte de mi formación teatral, donde cada vez que acudo a Fonda Marsal su familia me recibe con cerveza Moritz de entrada y flan de mató de salida, con unos entremeses de cariño donde las vocales neutras hacen la banda sonora. Si, nos reiremos de España, Francia, Inglaterra y parte de Norte América para constatar que la estupidez humana es universal, independientemente del idioma o acento y para realzar lo saludable que resulta viajar pues la única diferencia que existe entre un hombre y un ciprés es que el hombre se puede mover, por lo demás como los mires demasiado los dos te dan pena

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